domingo, 29 de julio de 2012


Levantarse muy temprano, todavía de noche y dirigirse al lugar elegido ese día para fotografiar la salida del Sol.
Llegas, preparas la cámara, disfrutas de la paz y la tranquilidad que se respira a esa hora en la que el día empiece a clarear.
Y vas tomando fotos.... de pronto, el Sol empieza a asomar en el horizonte, empieza el espectáculo, unos días totalmente despejados, otros con brumas matinales, otros mas o menos nublado... pero nunca igual, cada dia distinto, algún día se suspende la sesión, el telón no quiere abrirse y tienes que conformarte fotografiando nubes pero siempre es una experiencia única, gratificante, irrepetible...

"Cada día el Sol ilumina un mundo nuevo" Paulo Cohelo











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